¿Cuál es La Armadura de Dios?
Hemos visto en Películas, Series, Videojuegos, etc. que una buena armadura, es indispensable para sobrevivir a las batallas y desafíos; aumenta tus posibilidades de supervivencia y capacidad de enfrentar al enemigo que te esté desafiando.
En el siguiente párrafo, el apóstol Pablo nos invita a portar la armadura más poderosa que jamás podrás conseguir en tu vida y esa es: La Armadura de Dios.
Efesios 6:14-17
“14 Entonces manténganse firmes, pónganse el cinturón de la verdad y protéjanse con la coraza de la justicia. 15 Prepárense poniéndose el calzado de anunciar las buenas noticias de la paz. 16 Pero, sobre todo, tomen el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del maligno. 17 Utilicen la salvación como casco protector. Tomen la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.”
El cinturón de la verdad
El cinturón de un soldado romano sostenía la espada, la daga y el delantal.
Si se lo quitaban se quedaban sin armas porque no tendría donde cargarlas y también se quedaban sin protección debajo de la cintura. De igual manera el cinturón de la verdad representa nuestra integridad delante de Dios, eso significa que debemos llevar una vida con un buen testimonio todo el tiempo, para así poder estar preparados ante todo peligro
Dios sabe que somos ineficientes al tratar de resistir al pecado, sabe que tenemos debilidades, porque somos humanos y Dios sabe todo lo que eso implica.
Pero si caes levántate con sencillez y sinceridad, no con sabiduría humana sino pidiendo ser conducidos con sabiduría espiritual, esta conducta debe mantenerse tanto dentro de la iglesia como fuera de ella.
La coraza de Justicia
La coraza protegía todo el pecho y los órganos vitales del Soldado, como el corazón y los pulmones.
Esta representa la justificación que Dios nos ha dado a través de Cristo, que hemos recibido por gracia. Pero Satanás quiere jugar con nuestros sentimientos y cuando pecamos quiere hacernos sentir culpables, pero no para que te arrepientas sino para que sientas que no vale la pena pedir perdón.
Sin perdón te puede manipular a su antojo haciéndote pensar en tu cabeza, ´´Ya ves no sirves para ser cristiano´´ ´´mira todos tus pecados´´ ´´ Dios no quiere gente como tú´´ ´´tú eres mejor que ellos´´ ´´ ¿de qué tienes que pedir perdón? ´´
Pero si tú eres un verdadero cristiano, sabes que ya Dios te ha justificado y si has pecado sabes que puedes ir en oración otra vez a pedir fortaleza: ´´Padre santo no puedo, ayúdame´´ ´´Sé que soy hijo tuyo, pero soy débil, ayúdame señor´´
Mira lo que dice Filipenses 3:9
9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
El Calzado del Apresto del Evangelio
En la antigua Roma, la milicia regular romana, usaba unas sandalias con correas pero que no eran para nada débiles o delicadas, tenían suela, plantilla y forro, además la suela estaba tachonada, esto protegía la suela del desgaste y ayudaba en terrenos que no eran lisos, similar a la función de los tenis para deportes o las botas de senderismo. Eran perfectas para las largas marchas de los centuriones y legionarios.
El calzado del Apresto del Evangelio es la disposición de usar en tu vida diaria las Enseñanzas del Evangelio para sostenerte. Así como el calzado que usas ya sea zapatos, tenis, botas, sandalias, te dan la seguridad de poder caminar sobre diferentes superficies sin lastimarte los pies o ensuciarte, es decir, te dan seguridad. De igual manera si confías en Las Verdades del Evangelio y te paras firme con disposición y preparación, podrás andar seguro sobre este mundo, y pasar por encima de los obstáculos que te encuentres en tu vida.
El Escudo de La Fe
Imagina un escudo que te cubre de las rodillas hasta la altura de tus ojos, es curvo como medio cilindro para soportar mejor los ataques, está hecho con dos capas de madera y además al centro una pieza metálica redonda que sirve para repeler o empujar. Ese era el scutum de los legionarios.
Cuando les aventaban flechas se clavaban en la primera tabla, pero no pasaba la segunda, resistían los dardos al tiempo que iban avanzando. Por eso el Escudo de La Fe es un elemento decisivo para protegernos de cualquier ataque del enemigo.
Nuestras débiles convicciones nos harán vulnerables a los dardos del maligno y no nos permitirán desarrollar nuestra vida cristiana plenamente.
Lo más difícil de la Fe es saber esperar, queremos que las cosas se resuelvan pronto, porque para ser sinceros a nadie le gusta la tristeza, el dolor, la enfermedad o los problemas.
El poder de esperar en Dios es base en la fe, es parte de la armadura del cristiano, ten confianza y paciencia, pero sin dejar de avanzar.
El Yelmo de La Salvación
El yelmo es un casco, protege la cabeza de los ataques, y en un sentido espiritual significa que la salvación -el sacrificio de nuestro señor Jesus- protege nuestra mente.
Te invita a no olvidar el pago del cordero para el perdón de nuestros pecados.
Muchas veces el enemigo ataca nuestros pensamientos, porque cuando ataca nuestros pensamientos se afectan nuestras emociones, y las emociones motivan para bien o para mal nuestras acciones.
La mente es el campo de batalla donde el enemigo sabe que puede influir, donde siembra la duda, donde refuerza rencores, donde lastima con viejos recuerdos, donde pone ideas negativas y malos pensamientos.
Aquí hay que hacer un paréntesis y mencionar que debemos saber identificar si lo que pensamos es producto de nuestros propios pensamientos o si estamos siendo influenciados. Si no sabes identificarlo deja un comentario para saber si te gustaría saber más al respecto.
Pero si te vas a dejar influenciar, por que no dejas que sea por palabras positivas y llenas de esperanza, deja que tu mente sea ilustrada por el evangelio.
Romanos 12:2
2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
La Espada del Espíritu
Y por último la espada, que representa: la palabra de Dios.
Las otras partes de la armadura son para defensa, pero la única arma ofensiva que los creyentes tenemos es la palabra.
Jesús se defendió cuando fue tentado en el desierto y vemos que él siempre dijo: ¨escrito está¨.
Mateo 4:2-10
2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. 3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. 4 Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. 5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, 6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está:
A sus ángeles mandará acerca de ti,
y, en sus manos te sostendrán,
Para que no tropieces con tu pie en piedra.
7 Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. 8 Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, 9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. 10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.
Si tú te apegas a la palabra y la antepones en tu vida tienes el arma más poderosa. Pero cuidado, porque como toda arma, el no saber usarla o el usarla mal a propósito puede hacer y hacerte daño.
Por ejemplo, el diablo en Mateo 4:6 también le dice a Jesús ¨escrito esta¨ porque él conoce también la palabra de Dios, pero la usa para engañar. Hay muchas personas que declaran la palabra de Dios para su beneficio personal, para controlar. Ellos no usan el cinturón de la verdad, no están protegidos con el yelmo de salvación o el escudo de la fe, ten cuidado con esas personas, para identificarles debes leer y aprender, debes prepararte.
Conclusiones
Recibimos la armadura porque la necesitamos, para andar aquí en este mundo de tinieblas. Este mundo estará gobernado por el maligno temporalmente, por eso oremos por aquellos que predican la palabra para que el mensaje de Cristo prevalezca y estemos conscientes que cada uno de nosotros somos soldados de Dios, para establecer su justicia en todo momento y contra todos sus enemigos.
Pero si aún con tu armadura puesta, sientes que no es suficientemente para vencer en esta guerra contra la oscuridad tienes razón, la armadura es para tu lucha diaria, sí diaria.
Para ganar la guerra se necesita un ejército, pero no te preocupes, porque no te encuentras en soledad, en esta guerra tienes por todo el mundo verdaderos hermanos en Cristo.
Nuestras armas no son carnales, sino poderosas en Dios. Para derribar argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios.
Dios gracias, porque tu poder señor, es la fe que nos has dado en Cristo Jesús, Amen.